martes, 19 de septiembre de 2017

El Sombrero Parrilla Urbana


















 Con El Amigo Hache, Enrique Rodríguez, Elena Quej y Juan José Pech.









La referencia a los cortes de carne tal vez nos lleve a pensar en restaurantes de elevado precio, ya sea por la calidad de sus ingredientes y servicio, lo lujoso de sus instalaciones o simplemente el elitismo de los empresarios que se inclinan por una clientela exclusiva. Muchos de estos lugares forman parte de una red de negocios entre los que surge la oportunidad de integrar a un restaurante, y no necesariamente por la vocación gastronómica. Es ahí donde en ocasiones la relación entre el costo de producción y el precio al público se dispara hacia un objetivo mercantil que rebasa los límites de la coherencia.
Si bien existen insumos y platillos que pese a la buena voluntad o prudencia de los restauranteros no pueden ofrecerse a precios bajos, como es el caso de los cortes de carne, los clientes podemos investigar previamente con amigos, en páginas web o redes sociales acerca de la relación entre calidad y precio de estos sitios antes de ser sorprendidos con una cuenta injusta. Todo esto viene en relación con mi reciente visita a El Sombrero Parrilla Urbana, que ya tiene cinco años en Mérida, pero que hasta ahora pude conocer. La finalidad de estas líneas es muy sencilla: dar mi testimonio y opinión de la calidad y el sabor de los platillos. Si para mí resulta caro o barato, es lo de menos. En el sentido económico lo importante es lo que les parezca a ustedes, y por ello incluyo entre las fotos el menú con los precios.
Primero lo primero: la comida. La carta no es muy extensa, de acuerdo con la tendencia internacional. Es completa y variada porque incluye platillos de tierra y mar cortes, pastas, ceviches, ensaladas, carpaccios, hamburguesas, postres, etcétera, algunos de ellos con elementos-estrella de la gastronomía peninsular, cada día más recurridos por chefs de México y el extranjero: queso de bola, venado de granja, pulpo yucateco, longaniza de Valladolid, castacán… Sin embargo, cabe aclarar que no se trata de un restaurante regional, sino de una parrilla urbana contemporánea que fusiona sabores de aquí y de allá.
La cerveza bien helada llega con un platito de frijoles refritos con longaniza y tostadas, de cortesía, que acompañó perfecto a un espléndido guacamole con castacán y chips de queso de bola, sin duda una gran entrada. Luego recibimos la chicharreada El Sombrero, elaborada con castacán y pulpo frito crocantes, con tortillas de maíz y junto a un plato de salsas diversas: macha, chimichurri, guacamole picante, crema de ajo, kut de habanero, Tlaquepaque y de molcajete con queso. Abundante y delicioso.
A continuación, uno de los reyes del almuerzo: Ceviche del patrón, hecho con pulpo frito, camarón, aguacate, mango y un toque mágico de hierbabuena. Trascendental. No se quedan atrás los tacos de Rib Eye en dados con hueso de tuétano, placer culposo y repetible. Nos ofrecen un plato de puros huesos de tuétano, pero mejor no, es demasiado porque ya están en la mesa los frijoles con veneno: refritos y molidos, coronados con un guiso de cerdo que reconocí como el famoso “asado” de Monterrey. Ma’ que cosa.
Acto seguido, el otro monarca de la tarde: filete de cabrería, corte mexicano de res que aquí se sirve asado con hueso y que es deshuesado y rebanado a la vista del comensal. Suave, rojo, con sal gruesa, maravilloso. Sé que un buen vino tinto lo hubiera maridado con excelencia, pero en este ambiente de fiesta preferí un tequila seco y frío con su sangrita escarchada.
De pura gula, el elote Sombrero, asado con queso y chile molido, y los delicados postres: flan de coco y helado de queso de bola. La experiencia culmina con una exhibición de coctelería junto a la mesa: gins de cítricos y de frutos rojos. Salud.
Aplausos para este nuevo menú diseñado y elaborado por el gerente y estratega Hernán Pech Gómez (El Amigo Hache) y el reconocido chef Juan José Pech, a quien tuve el gusto de conocer hace algún tiempo cuando tuvo a su cargo el menú de la entonces recién inaugurada Ceiba de La Xtabay. Felicidades a los propietarios de El Sombrero Parrilla Urbana por su compromiso con el buen servicio, la calidad y accesibilidad de sus platillos. La recomendación para asistir es sincera, una excelente opción para pasar un buen rato en familia o con los amigos, a partir del mediodía y hasta la noche.
El lugar es espacioso, climatizado, agradable. Desde que llegas te dan ganas de iniciar la fiesta y poner a prueba los sentidos. La decoración es sobria y elegante, con muebles de madera y reproducciones de Picasso, fotografías del Star System y amplios espejos en cuyos marcos se leen frases como “Una mujer y un vaso de vino curan todo mal, y el que no bebe y no besa está peor que muerto” (Goethe).

 El Sombrero Parrilla Urbana está ubicado en Prolongación Montejo 338-A entre 39 y 41, Benito Juárez Norte, Mérida. Entre los servicios que ofrece están: valet parking, dos salones privados, cargadores inalámbricos para celulares, acceso a sillas de ruedas, pantallas de video y terraza para fumadores. No dejen de echarle un vistazo al menú. Gracias por su atención.

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