Un intenso programa de música, teatro, artes visuales, danza y letras, pero sobre todo una gran oportunidad de convivencia con la gente de Comitán y comunidades de La Trinitaria, Las Margaritas, Las Rosas, Amatenango de la Frontera, La Independencia, Lagos de Colón y el Ejido Rubén Jaramillo. En este último fue gratificante apreciar la labor del comisario Fernando López, quien ha implementado programas ecológicos y culturales que involucran a niños, jóvenes y adultos. Ahí fuimos invitados a sembrar plantas que mañana serán árboles. Mi primera participación en el festival consistió en una mesa de lectura de poesía y narrativa ante alumnos y docentes de la Universidad Mariano N. Ruiz. Posteriormente, en el restaurante Sensé Bistró, presenté "Duelos y quebrantos. La cocina de El Quijote", sesión en la que hablé de la relación de la máxima obra de Cervantes con la cocina española de los siglos XVI y XVII, y preparé un sencillo guiso para su degustación entre los asistentes. Por último, en el Ejido Rubén Jaramillo, pude leer a los niños algo del trabajo reciente e inédito que he realizado con la pintora yucateca Lucina Castillo. Tres días mágicos de encuentros y reencuentros con artistas y amigos de Argentina, Chile, España, Finlandia, Guatemala, México y Uruguay. Fue un festival inolvidable que guardaré por siempre en el corazón. Mil gracias, amigo Arbey Rivera, por tan ardua, noble y engranada labor de organización junto con el equipo del Puente Cultural del Sur Sureste: Alejandra Constantino, Ricardo Ramírez Alfonzo, Sergio Peña, Ismael Pérez, Jorge Muñoz Florio, María de la Flor y Silenii San Gabriel. Estuvimos muy bien atendidos y coordinados. Agradezco de manera especial a Érica Millet Corona, directora de Sedeculta Yucatán, por su invaluable apoyo.
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