Fotografía tomada del Face de Pedro Evia
Llega a
nuestras manos, gracias al espléndido chef internacional Pedro Evia, un bello
ejemplar de K’u’uk. Cocina mexicana
vanguardista, de la autoría de Eduardo Rukos, con excelentes imágenes de
Rodolfo Vallado y Pepe Molina, y el innovador concepto de diseño de Cristina
Boyancé. Se trata de una edición de lujo de Grupo AESSA (2013) en la que el
equipo de trabajo del vanguardista restaurante K’u’uk, con sede en Mérida, presenta
su filosofía, metodología y demás secretos de la alquimia de técnicas e
ingredientes de la región que da como resultado a una serie de espectaculares
platillos de sus dos primeras temporadas. Poseedores en su restaurante del
laboratorio gastronómico más grande de América, Pedro Evia, Eduardo Rukos y
Mario Espinosa ofrecen 244 páginas de arte y sabiduría en un libro
indispensable para los estudiosos y amantes de la gastronomía mexicana e
internacional. A la venta por 550 pesos en su sede de Paseo de Montejo, frente al Monumento a la Patria).
Comentaba en
la columna anterior, acerca de las cebollitas de Ixil, que los nuevos
restauranteros juegan un doble papel en la supervivencia de esta hortaliza:
fomentan su producción y el pago justo a los horticultores, pero la alejan del
ciudadano promedio. Debo reconocer que me llevé una gran sorpresa al enterarme
de que el chef Pedro Evia ha incentivado a una familia de ese municipio a
elevar la producción de cebollitas, de los 40 a los 600 kilos anuales,
prácticamente la misma cantidad que se producía en todo el pueblo… Y lo hace tanto
para ofrecerlas como elemento de los platillos de su restaurante, como para que
cualquier persona o restaurantero pueda adquirir en Mérida paquetes de un kilo
de cebollitas, desinfectadas y al vacío, por sólo 60 pesos. Excelente manera de
contribuir a la preservación de una hortaliza endémica. De igual manera,
protegió a estas cebollitas de un vivales que pretendía patentarlas y
comercializarlas, tal como lo hizo con la sal de Celestún, comprando el
producto a un precio ridículo, etiquetándolo y vendiéndolo a un precio muy
elevado. Evia alertó al diputado Ernesto Martínez y al presidente municipal de
Ixil, y así pudo impedir el maquiavélico plan.
Después de
conocer por televisión a Gordon Ramsey y a otros personajes insoportables de la
cocina internacional, le queda a uno la impresión de que todos los chefs reconocidos
han de ser pedantes y groseros. No es el caso del chef Pedro Evia,
orgullosamente yucateco, que desde hace varios años se ha consolidado como uno
de los más importantes exponentes de las cocinas yucateca y mexicana a nivel
internacional. Simpático, profesional y solidario con el gremio restaurantero y
con los proveedores más humildes, constantemente aparece en las carteleras de
los eventos gastronómicos más cotizados del mundo.
El mes
pasado fue el encargado de elaborar la cena de apertura del Marché du Film (Mercado de Películas)
del Festival de Cannes, Francia, donde México fue el país invitado. El evento
se llevó a cabo en el restaurante La Playa del Hotel Majestic con la asistencia
de mil 600 comensales de alto nivel entre directores, productores y
distribuidores de películas, a quienes Pedro y dos ayudantes ofrecieron cuatro
estaciones de servicio: ceviches, alimentos calientes, alimentos de parrilla y
dulces. Entre los 32 tipos de snacks
de estilo tradicional-modernista destacaron el ceviche con recado negro, el
camarón con longaniza, las tortitas de pato pibil, los tostones de plátano con x’nipek, las flautas de relleno negro y
chilorio y los caballeros pobres. De esta manera nuestra cocina peninsular estuvo
dignamente representada.
Comenta que
Mérida, con su variedad de restaurantes, mercados, puestos de comida y food-trucks tiene todo para convertirse
en uno de los principales atractivos gastronómicos del mundo, como lo son en la
actualidad Nueva York y Barcelona: “España recibe alrededor de seis millones de
turistas gastronómicos al año. Debemos promover a Yucatán y al país a través de
la gastronomía, que es un motor de desarrollo”. Esta pasión por la cocina
surgió en su entorno familiar, toda vez que, según nos cuenta, su mamá era muy
buena cocinera, pero mala administradora, por lo que a media semana un almuerzo
de joroches con frijoles constituía una verdadera fiesta yucateca, con traje
típico y toda la cosa.
En los
próximos meses Pedro asistirá a otros importantes festivales gastronómicos en
Estados Unidos, España y Francia. Mucha suerte y mil gracias por posicionar
nuestra cocina en tan exclusivos foros. Síganle la pista en kuukinvestigacion.blogspot.mx.
Para degustar
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